Tras anunciar el pasado mayo la implantación de la fecha de consumo preferente, casi el 60% de los yogures y productos de base vegetal de la compañía cuenta con la nueva fecha.
El desperdicio alimentario es el responsable del 7% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, una de las principales causas del cambio climático. Solo en nuestro país, cada persona desecha 77 kilos de alimentos al año. Para hacer frente a este fenómeno, Danone apuesta por un futuro sin fecha de caducidad para avanzar hacia un nuevo modelo centrado en la circularidad y la reducción del desperdicio.
Coincidiendo con el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, la compañía hace balance de la implementación de la fecha de consumo preferente en sus yogures y productos de base vegetal. Una medida con la que Danone quiere contribuir a hacer frente al fenómeno del cambio climático y garantizar la sostenibilidad de los recursos naturales.
“Somos una empresa B Corp, y esto nos exige ser ambiciosos en la lucha contra las graves consecuencias sociales, económicas y ambientales asociadas al desperdicio alimentario; y a avanzar hacia sistemas productivos totalmente circulares”, señala Laia Mas, Public Affairs Director de Danone Iberia.
#Porunfuturosinfechadecaducidad
El objetivo de Danone es que más del 90% de su porfolio esté en los próximos meses etiquetado con fecha de consumo preferente. Desde que anunciara el pasado mes de mayo este cambio, la compañía lo ha implementado en casi el 60% de sus marcas. Danacol, Actimel, Alpro, Vitalinea, Densia, Danonino y Oikos, ya lo han implementado y, próximamente, lo harán todas las referencias de los yogures Danone.
La lucha de Danone contra el desperdicio alimentario forma parte de sus compromisos con el medioambiente y tiene una doble razón. Por un lado, millones de personas pasan hambre en el mundo mientras se desechan toneladas de comida. Salvar del desperdicio 1 kg de yogur (8 unidades), supone evitar 1,8 kg de emisión de CO2, según datos de DanPrint, herramienta interna desarrollada por Danone que permite medir las emisiones de CO2 asociada a la actividad de la compañía.
Frente al desperdicio, mira, huele y prueba
Danone lleva meses trabajando en la implementación del distintivo “Fechas con sentido: Mira, Huele, Prueba” desarrollado por Too Good To Go. El propósito de la compañía es incorporar este sello en sus yogures y productos de base vegetal, para ayudar al consumidor a comprobar si un alimento conserva sus características organolépticas y de seguridad alimentaria pasada la fecha de consumo preferente a través de los sentidos.
“Los expertos ya señalan que reducir el desperdicio de alimentos es la solución número uno para combatir el cambio climático. Gracias al compromiso y al trabajo de empresas como Danone, no solo reducimos las cifras de desperdicio sino que conjuntamente ayudamos a generar conciencia y fomentar hábitos de consumo más responsables de la comida en la sociedad para así cuidar de nuestro planeta”, afirma Madalena Rugeroni, country manager de Too Good To Go en España
Danone colabora junto a Too Good To Go en iniciativas para evitar el desperdicio de alimentos, así como campañas y acciones para concienciar y sensibilizar a la sociedad y a sus propios empleados, a través del movimiento Marca Waste Warrior. Se trata de una comunidad de empresas de distintos sectores que utilizan el poder de los negocios para combatir este fenómeno.
La compañía se propone reducir un 50% el desperdicio alimentario generado en las fábricas y centros de producción para 2030, en línea con las metas que establece el ODS 12.3. de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. Danone actúa con responsabilidad en el desarrollo de sus operaciones para reducir el impacto del desperdicio alimentario, a través de proyectos como el programa Zero Impact Operations, para disminuir el desperdicio en toda la cadena de valor desde las fábricas hasta el producto final. Además, las plantas de elaboración de yogures Danone en España son zero waste, es decir, que los residuos son revalorizados y pueden reintroducirse como recursos para otros usos.
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