RobinGood revindica las injusticias sociales que sufren los colectivos más vulnerables en su nuevo evento #cometelasinjusticias

Personalidades influyentes se unen a la iniciativa #CometeLasInjusticias lanzada por RobinGood de la mano de Ametller Origen para luchar contra el estigma social que hay hacia colectivos vulnerables en riesgo de exclusión social.

En España hay 12,5 millones de personas en riesgo de exclusión social. La gran mayoría de personas pertenecientes a colectivos vulnerables no consiguen encontrar un empleo en España.

Según el informe Arope 2018, Eurostat, en el conjunto de la UE, la tasa es del 21,7% de media: 109 millones de personas en situación vulnerable.

A raíz de este problema nace RobinGood con el propósito de ofrecer a los consumidores la posibilidad de acceder a productos de alimentación que generen un impacto positivo en la sociedad.

Cuántos más productos sociales se vendan, mayor número de personas se podrán emplear en los obradores sociales que colaboran con RobinGood.

Todos los obradores y fabricantes que colaboran con RobinGood cumplen uno de los siguientes estándares: 

• El 51% de sus colaboradores deben ser personas en riesgo de exclusión social. 

ó

• El 100% de sus dividendos se donan a fines sociales.

De esta manera, se contribuye en un proyecto social que promueve la inclusión social y mejora la profesionalización de pequeños productores, obradores y empresas sociales.

Para ello, RobinGood ha contado con el apoyo de uno de sus puntos de venta más relevantes, Ametller Origen, para albergar un evento cuyo objetivo es generar visibilidad de la problemática social que viven las personas de los colectivos vulnerables.

El evento tendrá por objetivo ofrecer una jornada en la que influencers y personas de los obradores sociales de RobinGood compartan un taller de uno de sus productos estrella: las cookies artesanas de almendra y chía. 

Este producto se produce en el Centro Especial de Empleo, Fundación Crisálida, en Huesca. La colaboración de esta fundación con RobinGood ha ayudado a impulsar su negocio e incrementar de manera exponencial sus ventas. 
Los trabajadores y trabajadoras de este centro tienen discapacidad intelectual y gracias al oficio que han aprendido y que desempeñan a diario les aporta autonomía mediante un salario y cotización a la seguridad social, además de una jubilación y vivienda.