¿Qué es el emprendimiento social? Descubre nuestra guía y 50 ejemplos destacados

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¿Qué es el emprendimiento social? Descubre nuestra guía y 50 ejemplos destacados

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En El Bien Social habrás visto que, en muchas ocasiones, tenemos la oportunidad de entrevistar al responsable de alguna empresa que está cambiando el Mundo a mejor y es de interés para todos nosotros. Son empresas sostenibles, que buscan hacer de este mundo un lugar un poquito mejor y que, a base de mucho esfuerzo, son capaces de llevar a cabo un proyecto que contribuye a la mejora de la sociedad y el medio ambiente.

Este tipo de negocios (con intención de generar beneficios pero con una clara vocación comunitaria) es lo que conocemos como emprendimiento social. En este artículo vamos a tratar de explicar un poco más sobre este concepto y cómo podemos darle un nuevo enfoque a nuestra marca para alcanzarlo.

¿Qué es el Emprendimiento Social?

Como definición más básica, el emprendimiento social es un modelo de negocio que busca, mediante la creación de productos o servicios, generar un impacto positivo y luchar en favor de la sociedad y el Planeta. Claramente no se trata de un sector concreto, ya que puede llegarse a este emprendimiento social desde cualquier área de trabajo.

El funcionamiento habitual de estos negocios es similar a cualquier empresa tradicional, pues tienen ánimo de lucro como cualquier otra compañía. Pero la diferencia está en lo que les mueve: la necesidad de actuar en algún ámbito social y cubrir las fallas de nuestro mundo, equiparando sus beneficios económicos a otros: sociales, éticos, medioambientales

En el pasado nos encontrábamos con dos situaciones bien diferenciadas: por un lado las empresas que únicamente buscaban la generación de riquezas y, por el otro, las organizaciones sociales que se enfrentaban a las desigualdades de nuestra sociedad, más asociadas a las ONG. Ambas son opciones totalmente lícitas, pero siguen cojeando de alguna pata.

Si hablamos de los negocios tradicionales, su enfoque puramente económico dejaba de lado cualquier repercusión social: dedicaban todos sus esfuerzos y recursos en generar más riqueza. A lo sumo, podrían trabajar algo a través de su departamento de Responsabilidad Social Corporativa, pero normalmente sin impacto real y percibido más como greenwashing, por ejemplo.

En cuanto a las organizaciones sin ánimo de lucro y ONG, al no buscar modelos sostenibles y escalables de financiación, dependían absolutamente de subvenciones y donaciones de particulares para continuar su obra. No existe rentabilidad económica y, por tanto, es muy complicado mantenerlas en el tiempo.

Y aquí es donde aparece el emprendimiento social. Tomando lo mejor de cada caso, utiliza las técnicas de trabajo típicas de una empresa para generar beneficios y poder continuar su actividad; a la vez que genera un impacto positivo en uno o varios aspectos sociales. Esto puede darse directamente con sus productos y servicios o a través de las riquezas obtenidas con sus beneficios.

¿Cuál es el origen del emprendimiento social?

A pesar de que el concepto de ‘emprendimiento social’ se ha puesto de moda recientemente, se trata de una disciplina que ya ha aparecido en el pasado en muchas ocasiones. Si bien no podemos hablar de las congregaciones religiosas o los proyectos solidarios y ONGs como parte de este grupo, sí fueron pioneros para marcar la ruta a seguir, especialmente en el apoyo social.

También conocemos esos centros de terapia ocupacional o de acompañamiento, o iniciativas que fomentan el empleo y la accesibilidad de personas con discapacidad, en situación de exclusión social o con diversas barreras para su día a día. Abren la puerta a muchísima gente, ofreciendo oportunidades en multitud de sectores laborales, pero suelen depender directamente de los organismos públicos.

Los detonantes habituales por los que aparecen estos modelos que tratan de trabajar en favor de la sociedad son, habitualmente, la pobreza, la desigualdad, la explotación de colectivos marginados, los daños ambientales… Una de estas revoluciones más importantes se dio durante el siglo XIX, con la industrialización de Europa, que fracturó por completo a la sociedad.

Multitud de investigadores, escritores o sociólogos (entre otros) han tomado parte a lo largo de la historia en favor de un desarrollo económico que tuviese un fuerte impacto social. Nombres como William Lloyd Garrison, Florence Nightingale, Susan Anthony o Bill Drayton son referentes en este ámbito.

Precisamente fue este último, fundador de la asociación Ashoka, quien forjó el término de ‘emprendimiento social’ durante la segunda mitad del siglo XX (concretamente en 1972). Hace una década fue premio Príncipe de Asturias por su Cooperación Internacional.

Características y Beneficios del Emprendimiento Social

Centrándonos en sus diferencias tanto frente a la empresa tradicional como a los movimientos sociales, las características del emprendimiento social son algunas muy claras.

En primer lugar, y como bloque básico, se busca el triple balance con su acción: generar un impacto social positivo, mejorar el entorno ambiental y conseguir rentabilidad económica.

Esto significa que funciona como una empresa tradicional, con su financiación saneada, generando beneficios y empleos para la comunidad. Por lo tanto, no depende de donaciones ni subvenciones, y puede actuar con independencia; además de ser escalable para aumentar su volumen de trabajo.

Por otro lado, al tener unos valores e ideales muy marcados, los consumidores son fieles a la marca no tanto por el producto o el servicio (que también), sino por todo lo que representa. Trata de actuar en áreas concretas, por lo que apuesta por dos cuestiones importantes: la innovación y la colaboración con otras empresas de valores similares.

Precisamente estas dos ramas permiten a las empresas sociales incorporar a sus procesos cambios y mejoras que actualizan constantemente su estrategia. Tienen margen suficiente para corregir errores y adaptarse a la situación del consumidor, ofreciendo siempre la mejor solución según el mercado.

Como hemos visto, los beneficios que puedes obtener son muchos, más allá de los monetarios. Ser un emprendedor social te llevará a conseguir el reconocimiento tus clientes y de la sociedad por lo que ofreces y la causa sobre la que actúas, llegando a ser inspiración y símbolo de progreso social y rentabilidad.

Además, al estar en constante búsqueda de la innovación, serás un pilar muy importante para que tu sector siga avanzando, y tú con él. Por último, no podemos olvidar el beneficio interior que te reportará esforzarte por dar solución a algún problema existente: desde emprendimiento social ambiental hasta otros enfocados en mujeres, inmigrantes, jóvenes…

Formas de llegar al Emprendimiento Social

Existen diferentes tipos de emprendimiento social, y tu empresa puede adaptarse a cualquiera de ellos; incluso adoptar varios en su formato de trabajo. Este pequeño listado es variable y algunos conceptos fluyen de uno a otro, pero vamos a centrarnos en estas categorías:

Emprendimiento social profesional: Es el proyecto de una o varias personas, que ponen sus conocimientos y habilidades en una idea para cubrir algunas necesidades sociales o ambientales. Pueden ser empresas, freelances, proyectos propios…

En El Bien Social nos dedicamos a fomentar todo tipo de empresas sociales y sostenibles profesionales, y si haces un recorrido por nuestra web y newsletters sobre sostenibilidad, las descubrirás.

Emprendimiento social concienciador: Aquí se busca más el ser líderes de opinión de un cambio en la sociedad, tratando de convencer a otros para que les sigan. Son, por ejemplo, activistas ambientales, con ideales muy firmes.

Intraemprendimiento social privado: Nace desde una propia empresa, que desarrolla una acción concreta en favor de la sociedad o el medio ambiente. Cuando un negocio de comida te hace descuento en sus take away si llevas tu propio recipiente, estaría en esta categoría.

Emprendimiento social apadrinado: En este punto estamos tan cerca de la RSC (que busca principalmente el reconocimiento y el beneficio económico) que casi nos suena raro. Son proyectos dependientes al 100% de una empresa privada, como las fundaciones que pertenecen a multinacionales.

Ya has visto cómo una empresa puede formar parte de un cambio social mientras sigue generando beneficios, así que te toca a ti tomar los mandos. Ponte en contacto con El Bien Social si necesitas asesoramiento y te ayudaremos en todo lo que esté en nuestras manos. Juntos conseguiremos hacer del mundo un lugar mejor.

Ejemplos de emprendimientos sociales destacados

Como comentábamos al principio del artículo, muchos son los emprendimientos sociales que ya han dejado mella en nuestro Planeta, pero en este artículo queremos destacar algunos que han sido realmente importantes.

Los podéis descubrir en nuestro listado de proyectos y empresas sostenibles que están cambiando el mundo o en nuestro artículo sobre los 50 emprendimientos sociales liderados por mujeres más destacados de El Bien Social

Artículo redactado por Alejandro Fernández en colaboración con Guillem Bargalló

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