Esta obra de arte se fabrica bajo demanda de forma artesanal en Yecla (Murcia). Para su elaboración, se utiliza madera de haya natural, sin barniz, y procedente de bosques FSC
Se acerca la Navidad, y tanto las empresas como las personas de a pie, salimos en busca de qué regalar. Una época tan entrañable como frenética, donde las emociones conviven codo con codo con el estrés. Además, todo lo que nos afecta a nosotros, irremediablemente hace mella en el planeta. El consumismo se apodera de nuestro lado más irracional, y nuestro afán por hacer el regalo perfecto, que sea memorable. Y aquí es donde el equipo de Faberin ha puesto en marcha toda su creatividad sostenible, ideando el candidato a ser el presente navideño ideal para particulares y empresas: un arbolito personalizable, ecológico, sostenible, artesanal y de fabricación local.
Su nombre es Grinch, sí, como habrás podido adivinar, debe su nombre al duende creado por Dr. Seuss, símbolo del anti mercantilismo propio de estas fechas. En este caso, el árbol de Navidad de Faberin es mucho más amigable y emana 100% respeto.
Diseño y fabricación local
Esta obra de arte tiene es creación de Paloma M. Andrada, Project Manager de Faberin, y se fabrica bajo demanda de forma artesanal en Yecla (Murcia). Para su elaboración, se utiliza madera de haya natural, sin barniz, y procedente de bosques FSC. Su estilo es atemporal, de inspiración nórdica.
Este diseño recoge los valores de Faberin, especialmente presentes ahora en Navidad. Con este trabajo, Paloma ha querido «llevar la Navidad sostenible a todos los hogares y espacios de trabajo».
Faberin, desde sus inicios, apuesta y defiende también los valores que el Grinch representa. Además, su lucha por aliviar el alto impacto de la industria en nuestro planeta, le ha llevado a utilizar la innovación y la transparencia como vía para conectar a los diseñadores con el cliente final, y favorecer al mismo tiempo al fabricante local.
El árbol navideño responsable con el planeta
Adiós a talar un árbol para llevarlo a casa, o montar en el salón una estructura metálica cubierta de tiras de plástico, para posteriormente cubrirlo de guirnaldas y luces de colores. Este arbolito no necesita adornos, y tampoco es necesario plantar, ni regar. Bastará con ubicar a Grinch en un lugar destacado, y dejar que haga su magia, inundándolo todo con su espíritu navideño.
Grinch es atemporal, sostenible y personalizable
Su fabricación artesanal y bajo demanda permite, además, personalizar los laterales de este árbol navideño de madera con el nombre de nuestros seres queridos, una frase especial, o una dedicatoria.
Al tratarse de un diseño minimalista, cuando acabe la época navideña, seguramente seguirá ocupando un lugar destacado en el hogar, como pieza de decoración.
COMENTARIOS