Veritas, la cadena de supermercados líder en distribución de productos ecológicos fue fundada en 2002 en Barcelona con el objetivo de trasformar el sector alimentario y promover un consumo más responsable
El 17 de enero de 2002 se fundaba Veritas y unos meses más tarde, el 23 de mayo, se establecía el primer supermercado en el barrio de Sarrià, en Barcelona, con la clara determinación de promover una alimentación ecológica, certificada, sostenible y socialmente justa e impulsar un estilo de vida respetuoso con el planeta y las personas.
“Veritas nació porque teníamos claro que queríamos cambiar el sector alimentario y la forma en la que consumimos. Nuestra misión era y sigue siendo la de contribuir a preservar el mundo en el que vivimos a través de un consumo más responsable. Y, durante este tiempo, toda una generación formada por compañeros, proveedores, y clientes con quienes compartimos una misma visión del mundo hemos sumado fuerzas para avanzar en nuestro objetivo de llevar la alimentación ecológica a todos los hogares”, explica Silvio Elías, cofundador y consejero delegado de Veritas.
Durante estos 20 años, la cadena ha crecido en el contexto de una sociedad cada vez más informada, responsable y preocupada por llevar una alimentación sana y saludable, lo que se ha traducido en un aumento del consumo de productos ecológicos, que ya representa el 2,2% del consumo alimentario nacional[1]. Esta evolución revela uno de los rasgos característicos de las generaciones más jóvenes: la preocupación por el planeta y por la ecología.
En ese sentido, desde el grupo celebran este aniversario aludiendo a la “Generación Veritas”, que hace referencia a todos los clientes, proveedores, y colaboradores con los que la compañía ha compartido unos mismos valores desde su fundación.
Actualmente, Veritas se ha convertido en la cadena líder en distribución de productos ecológicos en España, con una red de más de 80 establecimientos con los que opera en Cataluña, País Vasco, Navarra, las Islas Baleares, Madrid y Andorra bajo la enseña Veritas, y Ecorganic en la Comunidad Valenciana, y un equipo formado por más de 800 colaboradores. Además, desde la filial Anna Ecológica también distribuye productos ecológicos a colectividades, como colegios, hospitales, empresas, hoteles y restaurantes.
La compañía da servicio a todas sus tiendas y al ecommerce a través de su plataforma central, en Lliçà d’Amunt (Barcelona), y un centro logístico en Ribarroja (Valencia). Las instalaciones de la localidad barcelonesa, con una superficie de 10.000 m2, albergan el obrador donde se elabora a diario el pan y la bollería ecológicos, así como la cocina central de Veritas.
Veritas apuesta por una transformación positiva del entorno
Más allá de ofrecer productos saludables y ecológicos, Veritas ha desarrollado una filosofía empresarial que se concreta en medidas que aplican en todos los ámbitos de actuación de la compañía para preservar el medio ambiente y mejorar el bienestar social. Por ello, en 2016, fue el primer supermercado de Europa en recibir el sello Bcorp, que certifica que, gracias a su actividad, genera un cambio positivo en la sociedad y el planeta.
Fruto de este compromiso de la empresa con la sociedad, nacen iniciativas sociales como “Provoquemos un cambio”, un proyecto de activismo empresarial que se lleva a cabo en colaboración con agentes sociales expertos para reclamar cambios legislativos que permitan revertir situaciones que se consideran injustas, como la reducción del IVA en los productos de higiene femenina y los pañales y las ayudas económicas a las personas celíacas.
En cuanto a las medidas dirigidas al cuidado del planeta, destaca la reducción de las emisiones de CO2 en un 54% entre 2015 y 2020 gracias a la aplicación de mejoras como la instalación de nuevos equipos más eficientes, el consumo de electricidad 100% procedente de energías renovables o la incorporación progresiva de la agricultura regenerativa.
Asimismo, la compañía consigue autogestionar el 100% de los residuos que genera desde su planta de Lliçà d’Amunt. Además, ha emprendido medidas para minimizar el despilfarro, canalizando más de 4 toneladas de producto mermado apto para consumo a través de entidades sociales o utilizando más de 125.000 quilos de frutas y verduras para elaborar nuevos productos.
COMENTARIOS