La autora Alexia Michel con su novela 2050 busca alertar mediante la ficción sobre las posibles consecuencias que podría tener el cambio climático en nuestra sociedad.
Inundaciones, incendios, subida de temperaturas, fenómenos climáticos extremos, el emergente genero literario «cli-fi», climate fiction, en el cual se situa 2050, se asemeja cada vez más a la realidad.
Coincidiendo con la publicación de la primera parte del Sexto Informe del IPCC en su novela Alexia Michel nos deja entrever lo que podría ser la España del futuro si no frenamos el cambio climático. Además de abordar algunas consecuencias de la evolución del clima que ya pueden observarse, 2050 nos deja entrever uno de los posibles escenarios de no producirse cambios rápidos y profundos en nuestro modelo de sociedad.
La revolución es el punto de partida de la novela, iniciada por el creciente descontento de la población cuya vida empeora por el cambio climático, la perdida de biodiversidad, la contaminación y la rareza de los recursos vitales.
Dónde comprarlo: Disponible en el catalogo de la editorial y en algunas librerías de España.
https://malasarteseditorial.com/catalogo/2050/
Desde El Bien Social podemos afirmaros que la novela es super interesante. La hemos estado leyendo durante estas vacaciones de verano, y la verdad es que ha sido todo un descubrimiento 🙂
Sobre la autora
Nacida en 1982 en Francia, Alexia Michel reside en Barcelona desde el 2008. La ciencia ficción y fantasía son sus géneros preferidos, aunque no se ciñe solo a estos. Enamorada de la naturaleza y preocupada por el cambio climático desde sus 17 años, busca ser parte activa en la lucha. 2050, novela de género climate fiction, es su primera novela.
Sobre el libro
Título: 2050
Autor: Alexia Michel
Año: 2021
Editorial: Malas Artes
Sinopsis: Alexandra vivió la revolución como una pesadilla. En sus inicios, al limitarse a Francia, seguía las noticias de manera muy distanciada, sin preocuparse demasiado. Cuando se dio cuenta de que iba a alterar su manera de vivir empezó a asustarse. Se pasaba el día mirando las noticias o compartiendo información con sus amigos en las redes sociales. Solo en ese momento se enteró de que la Declaración de los Derechos de la Tierra había sido el detonante.
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