Artículo de Opinión: No se puede hablar de cambio climático sin hablar de los océanos

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Artículo de Opinión: No se puede hablar de cambio climático sin hablar de los océanos

Este artículo ha sido escrito por Miriam Aristegui de Why Slow Life para El Bien Social Si bien son muchos los frentes que necesitan abordarse par

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Este artículo ha sido escrito por Miriam Aristegui de Why Slow Life para El Bien Social

Si bien son muchos los frentes que necesitan abordarse para detener la crisis climática, proteger los océanos debe ser uno de los principales focos a tener en cuenta y empezar a actuar. La ecuación es simple: sin los océanos, no hay vida posible en la Tierra.

Partiendo de esta base: ¿por qué en la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, (COP 26) no se toma en serio el desafío ambiental que sufren nuestros mares y océanos?

Una vez más, teníamos la esperanza de que las medidas en favor de los océanos fueran las protagonistas de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático. Sin embargo, ni la agenda de este año ni la de los años anteriores, tiene verdaderamente en cuenta el vínculo entre el cambio climático y los océanos

Por supuesto que todas las acciones que se plantean para reducir las emisiones de CO2 son necesarias y urgentes. Pero, si no se tiene en cuenta a los océanos, el Acuerdo de París no podrá tener éxito y las medidas para hacer frente al cambio climático no servirán de nada. 

Los océanos mitigan y agravan el cambio climático

Científicos de todo el mundo se han reunido para pedirle a la COP 26 que no ignore a los océanos. Lo hicieron a través del documento «The forgotten ocean – why COP26 must call for vastly greater ambition and urgency to address ocean change», publicado en la revista Aquatic Conservation. Y para lograr cambios trascendentales que pongan solución a este desafío, en mano de todos los agentes de la sociedad está sumarse a esta petición. 

En el artículo, los científicos explican que los océanos mitigan el avance del calentamiento global al absorber el exceso de calor y carbono de la atmósfera. Las aguas oceánicas absorben el 90% del exceso de calor producido, en comparación del 3% que absorbe la Tierra. Además, capturan más del 30% de CO2, convirtiéndose en el mayor sumidero de carbono del planeta

Si también mencionamos que los océanos son los responsables de la producción de más del 80% del oxígeno que se produce en el planeta, podemos entender porqué se dice que son el verdadero pulmón verde del planeta

No obstante, los océanos también tienen un límite. En los últimos 200 años, casi la mitad del CO2 generado por las actividades humanas se ha incorporado a los océanos, calentando y acidificando las aguas. Esto trae grandes consecuencias negativas para todas las formas de vida, no solo en los océanos, sino también para la vida en la Tierra. 

La pérdida de oxígeno de algunas zonas de los océanos supone un grave problema para la vida de los diferentes ecosistemas marinos que se agudiza con la subida de las temperaturas y la crisis climática que cada vez se está desencadenando debido a la actividad humana.

Es más, la temperatura superficial de los océanos está subiendo mucho más rápido de lo esperado, tanto que, además de generar fallos en los sistemas oceánicos, origina fenómenos meteorológicos extremos, modifican las corrientes oceánicas y reducen su capacidad de absorción de CO2. Uno de los resultados de las acciones tomadas en la COP 26  es que estamos próximos de llegar a los 2.4C de temperatura de la superficie terrestre, cuando el objetivo es 1.5.

Sin duda, las consecuencias son evidentes: el nivel del mar está subiendo, las aguas se están acidificando y los ecosistemas marinos están sufriendo. Si sumamos las distintas formas de contaminación —como la plástica, que está convirtiendo los mares en un vertedero—, nos queda más que claro que proteger los océanos es urgente y necesario.

Solo hay que echar la mirada hacia el desastre ambiental del Mar Menor, donde 4,5 toneladas de peces de diferentes especies aparecieron asfixiados en la orilla de la playa y otros muchos deliran debido a la eutrofización crónica procedente de abonos agrícolas. ¿Es esto lo que queremos para nuestros océanos? 

Proteger los océanos es sinónimo de proteger el clima

La información está disponible, la relación entre el calentamiento global y los océanos es clara, la cumbre para revertir el estado de emergencia climática ya está sucediendo… Entonces, ¿por qué los políticos de la COP 26 no toman medidas pertinentes para proteger y asegurar la salud de los océanos?

Una vez más, los diplomáticos cerraron la COP 26 con medidas insuficientes. Estas fueron algunas de las conclusiones: EEUU y China acuerdan cooperar para la acción climática la próxima década, pero ¿hay legislación detrás?; establece plan para reducir el 30% de emisiones de metano en 2030, un acuerdo entre más de 100 países, pero China, Rusia e India como los mayores emisores no se han unido; acuerdan reducir (no eliminar) el carbón, aunque incluye a los usuarios de este recurso, los países como Australia, India, China o EEUU, no forman parte. Si los temas de urgencia se han cerrado con escasas medidas,  el problema de los mares y océanos ni se ha tocado. 

No tenemos una respuesta, pero sí sabemos que la toma de conciencia de las personas y, en consecuencia, la presión social sobre los líderes mundiales, puede impulsar cambios que pongan a los océanos en un primer plano. 

Sin ir más lejos, se ha organizado una iniciativa paralela a la COP 26 en la que 39 países han lanzado Because the Ocean, una declaración que pretende incorporar el océano a las políticas del cambio climático. 

Desde luego, la ONU no está dando respuesta a las problemáticas que son evidentes para muchas personas. Otra vez vuelve la pregunta que nos inquieta y nos empuja a exigir que se recuerde a diario que, sin los océanos, el planeta Tierra se volvería completamente inhabitable

Si no actuamos, las aguas oceánicas seguirán calentándose y las consecuencias de ello se acentuarán cada vez más. Pero, si los líderes mundiales acuerdan actuar con rapidez, podemos modificar las proyecciones del futuro y convertirlas en un escenario esperanzador. 
El océano puede protegernos del impacto del cambio climático y regalarnos un futuro habitable, pero solo puede hacerlo si está en equilibrio, con ecosistemas saludables y una vida marina fértil.

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