El liderazgo femenino crece de forma positiva pero insuficiente. La presencia de mujeres emprendedoras en España es del 20% y, según datos del alto comisionado del Gobierno para España Nación Emprendedora, sólo el 25% de las mujeres tienen posiciones en juntas directivas de empresas.
Con la llegada del Día de la Mujer Emprendedora (19 de Noviembre) se recuperan datos que esconden la brecha de género con la que las mujeres siguen lidiando, entre otros, en el ámbito laboral.
Las Naciones Unidas, junto a otros organismos institucionales, se apresuran para alcanzar las metas marcadas en la Agenda 2030. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible marcan unos indicadores que los gobiernos apenas pueden cumplir y desde la Unión Europea se lanzan diferentes programas y subvenciones para fomentar e impulsar la presencia de mujeres en el ecosistema emprendedor. Ruth Ruso, socia y CMO de NEWE, advierte que «hay muchos programas y subvenciones públicas para mujeres emprendedoras pero la falta de comunicación y la dificultad burocrática hacen que sea muy difícil acceder a ellos, especialmente en el entorno startup».
Las mujeres tienen más problemas para acceder a la financiación
El estudio Funding women entrepreneurs: How to empower growth realizado por la Comisión Europea y el European Investment Bank (EIB) concluye que las mujeres emprendedoras tienen una mayor dificultad para acceder a la financiación de proyectos en comparación a los hombres. La investigación lo vincula a «la falta de representación femenina entre los fundadores e inversores, el sesgo de la inversión de género y la aversión al riesgo» que acababan generando un círculo vicioso difícil de romper. El informe también resalta otros problemas como la baja representación en los altos cargos o la prevalencia femenina en determinados sectores.
Estos problemas se replican en el ecosistema emprendedor español, pues según datos del alto comisionado del Gobierno para España Nación Emprendedora sólo el 25% de las mujeres tienen posiciones en juntas directivas de empresas. Además, a esto se le suma una concentración de la presencia femenina en sectores como el Ecommerce, el Turismo, el Agrotech o la Energía, según el Mapa del emprendimiento 2021, que impide su desarrollo en otras áreas. “Las mujeres debemos darnos visibilidad para demostrar que podemos llegar a cargos directivos, aportando una visión distinta y complementaria a la organización y al talento que la forma” advierte Inma Quintanilla, socia y CSO de la start-up NEWE, ganadora del BNEW en la categoría de logística.
La RSC como impulsor de la paridad de género
Cada vez es más frecuente ver figuras que impulsan el desarrollo femenino y la paridad de género dentro de las organizaciones, sobre todo desde los departamentos de Recursos Humanos o de Responsabilidad Social Corporativa, pero ¿qué ocurre cuándo la organización no se puede permitir un departamento de estas características?
Según Ruso, “Las start-ups tienen la oportunidad de cambiar este paradigma y de mejorar los datos. Los proyectos nuevos deben nacer con la RSC intrínseca en su cultura corporativa, dejando atrás cualquier debate que ponga en duda la capacidad de las mujeres por ocupar un cargo en la alta dirección o incluso de formar parte del accionariado. En NEWE dos de los cinco socios somos mujeres y esperamos que la organización pueda crecer sin perder de vista esta estructura”.
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