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Uno de los temas más escuchados en el ámbito de la sosteniblidad y ecología es el concepto de la huella de carbono. Pero ser uno de los temas más escuchados, no quiere decir que tengamos idea alguna de lo que es y lo que implica.
Para resolver todas las dudas sobre la materia, hoy os traemos una nueva entrevista con Patricia Piñero, fundadora de Carbono Gestión, consultoría experta en el cálculo de la huella de carbono, para que nos cuente más sobre la materia.
Bienvenida Patricia, y gracias por participar en nuestra sección de entrevistas con los expertos. Empecemos por lo primero. ¿Qué es la huella de carbono?
Desafortunadamente, en la actualidad todos conocemos en mayor o menor medida el impacto que tiene el calentamiento global sobre nuestro clima; fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes e intensos, desertificación, y pérdida de nuestra biodiversidad, como los efectos que pueden considerarse más visibles, siendo los pilares de una cadena de efectos colaterales que suponen un peligro exponencial para nuestro ecosistema, nuestro desarrollo e incluso para nuestra supervivencia si no le ponemos freno.
Por suerte disponemos de tecnología y herramientas para poder mitigar los efectos del calentamiento global, y los avances en este campo están siendo muy significativos en los últimos años debido a la concienciación, cada vez mayor, en la necesidad de actuar ante esta situación para poder procurarnos tanto para nuestro presente como para el de las generaciones futuras un entorno resiliente y sostenible.
La huella de carbono es la herramienta estandarizada globalmente que nos permite medir este impacto sobre el calentamiento global y poder, una vez conociéndolo, establecer medidas efectivas de reducción y compensación de este impacto. Como todas las herramientas, ésta puede digamos “calibrarse” y adaptarse al alcance de nuestra medición; es decir, que nos permite medir el impacto del desarrollo de cualquier actividad concreta, servicio, producto u organización, podemos adaptarla perfectamente al objeto de nuestro estudio y obtener datos medibles que nos permitan trabajar con ellos de una manera efectiva.
¿Cuál es el trabajo de un experto en cálculo de huella de carbono? ¿Qué te motivó a dedicarte a esta profesión?
El trabajo de un experto en este ámbito es, principalmente, la identificación del impacto generado por el desarrollo de la actividad objeto del estudio, y su cuantificación mediante la metodología más apropiada y los estándares de medición que proporcionen el resultado más exhaustivo y con la menor incertidumbre posible, para cada caso concreto.
Es una labor muy técnica, y a la vez muy “artesanal”, ya que cada proyecto es único y también las soluciones potenciales que se pueden llevar a cabo tras la obtención de los resultados. En Carbono Gestión no nos quedamos sólo en la medición, en todos nuestros informes siempre incluimos unas buenas prácticas ajustadas a los resultados obtenidos para que las organizaciones puedan reducir e incluso compensar su impacto, y transformarlo en un impacto positivo.
Mi trayectoria profesional siempre ha estado muy vinculada a la protección ambiental y al desarrollo sostenible, siendo realmente vocacional. Siempre me ha entusiasmado la naturaleza y la riqueza que nos aporta, siendo muy consciente de que somos parte de ella, y que su protección es también nuestra protección consecuentemente, siendo imposible considerar ningún tipo de desarrollo viable si no es sostenible, con la naturaleza, y por tanto, las personas, en el centro. Y en mi concepción de esta protección es imprescindible poder conocer, “medir”, como el primer paso para poder actuar.
¿Qué porcentaje de todos los gases de efecto invernadero emitidos a la atmósfera están asociados a las empresas?
Realmente es muy difícil dar un dato certero en este aspecto, ya que estos indicadores suelen medirse por sector de actividad, pero en este nuevo paradigma actual en el que nos encontramos, las empresas desempeñan un papel fundamental, ya que impactan directamente en el bienestar de las personas y en el desarrollo económico y social a través de los servicios que ofrecen, y su actividad tiene un efecto directo sobre el medio ambiente y sobre la contribución a un desarrollo sostenible y responsable.
¿Qué 5 acciones podrías recomendar a las empresas para emitir menos gases contaminantes?
Como hemos comentado antes, realmente para poder establecer las acciones más efectivas de reducción es fundamental poder conocer el caso concreto de cada organización, pero hay algunos aspectos generales que pueden servir como hoja de ruta:
- Establecer medidas de eficiencia energética; por ejemplo utilizando equipos más eficientes, aprovechando la luz natural mediante sensores de luz o regulando la temperatura de climatización.
- Suministro de energías renovables; produciendo su propia energía no contaminante, o contratando suministros de energía 100% renovable con garantía de origen certificada.
- Transporte más sostenible; optimizando las rutas de transporte, actualizando las flotas o vehículos a modelos híbridos o eléctricos, fomentando el uso del transporte público para empleados, bicicletas, el uso compartido de vehículos y haciendo uso del teletrabajo y reuniones en remoto siempre que sea posible.
- Política de compras responsable; contratando proveedores locales, o productos de proximidad, ecológicos, de temporada, biodegradables o reciclables.
- Gestión de residuos; clasificar y gestionar los residuos para su correcto reciclaje y valorizar éstos siempre que sea posible.
¿Qué acciones realizáis para neutralizar la emisión de gases de efecto invernadero?
Añadido a nuestros servicios, en Carbono Gestión ofrecemos a las organizaciones la posibilidad de transformar el resultado obtenido del cálculo de la huella de carbono en un resultado neto de cero emisiones obteniendo así la neutralidad en carbono. El objetivo de esta neutralidad climática es conseguir una actividad empresarial libre de emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que el primer paso siempre es definir una estrategia efectiva de reducción de emisiones mediante la gestión sostenible de recursos; fuentes de energía renovable, equipos energéticamente eficientes, proveedores responsables, valorización de residuos, etc.
Pero todas aquellas emisiones que no se pueden reducir, o que su reducción requiere de medidas muy costosas, pueden compensarse absorbiendo o evitando las emisiones que se han liberado a la atmósfera como consecuencia de la actividad empresarial, a través de la contribución de la organización en proyectos de carbono creados bajo el Mecanismo de Desarrollo Limpio de Naciones Unidas para este fin.
La colaboración en estos proyectos MDL no sólo impacta positivamente sobre el equilibrio climático, también contribuye con la consecución de la organización con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible propuestos por la Agenda 2030 de Naciones Unidas en la erradicación de la pobreza, la protección de la salud y la biodiversidad y en el desarrollo económico y social próspero, justo e inclusivo.
Al realizar la compensación de sus emisiones, la organización recibe un certificado oficial emitido por Naciones Unidas que así avala su contribución al equilibrio climático y la Agenda 2030.
Aunque los datos siguen sin ser esperanzadores, ¿estás viendo un cambio de conciencia en las empresas sobre esta materia?
Es bien cierto que para lograr una acción efectiva necesitamos de políticas más ambiciosas en esta materia, pero es remarcable el esfuerzo que por parte de la administración pública y el gobierno central se está dedicando por fin hacia esta transición necesaria, incluso desde Europa, a través del Pacto Verde y otras iniciativas con mucha relevancia, sobre todo para la reactivación económica tan necesaria tras los efectos que nos ha dejado la pandemia del COVID-19, orientadas hacia un modelo más innovador y sostenible.
Y por parte del sector privado también es muy significativa la participación y e implicación casi en la totalidad de los sectores de actividad de nuestro tejido empresarial, sobre todo en estos últimos meses. Están floreciendo importantes colaboraciones y alianzas, que creo desde mi punto de vista es una herramienta muy valiosa y efectiva para seguir avanzando y generando impacto.
¿Cuál es el mayor reto al que te has enfrentado a nivel de reducción de la huella de carbono en un proyecto? ¿Y cómo lo has solucionado?
Realmente cada proyecto es un reto en sí, ya que hay que analizar minuciosamente la actividad y procesos de la organización y proponer las mejores opciones para mejorarla, según las necesidades que se adapten a cada organización. Pero ha habido algunos casos concretos en los que la disponibilidad de los datos a analizar ha sido casi inexistente, y la complejidad es brutal en estos casos, pero aun así se han conseguido estimar y contemplar los mayores rangos de impacto posible y conseguir resultados conservativos medibles y logrado su reducción finalmente.
¿Qué es para ti el bien social?
Yo siempre hablo del bien social, o la conciencia social, como uno de los pilares de nuestra manera de vivir y relacionarnos. Ser conscientes de lo que nos rodea, de lo que formamos parte, y de la influencia que tenemos en nuestro entorno y con los demás. La conciencia responsable individual es la que genera la consciencia colectiva, no es más que lo que somos cada uno de nosotros y cómo nos comportamos, lo que constituye nuestra sociedad actual.
Por eso es tan importante unir nuestras fuerzas y aportar lo mejor de nosotros mismos en la protección de nuestro entorno y las personas, porque esos son los cimientos de lo que somos, y de lo que seremos.
Conocer a personas como Guillem y su proyecto siempre es un placer y una inspiración para poder seguir sumando juntos.
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