Ya llega uno de los periodos más esperados del año para comprar moda: las rebajas. Si bien es un alivio para el bolsillo del consumidor, las rebajas
Ya llega uno de los periodos más esperados del año para comprar moda: las rebajas. Si bien es un alivio para el bolsillo del consumidor, las rebajas tienen su lado oscuro ya que permiten a las marcas producir demasiada ropa que luego apenas se utiliza, y liquidarla a precio de coste en esta temporada.
“Las rebajas son un periodo donde el consumidor compra por impulso: frente a ello, debemos visibilizar que si la ropa es tan barata, es porque en otra parte del mundo alguien está pagando las consecuencias. Debemos comprar lo que vayamos a usar, y si es posible, moda sostenible” comenta Raúl González, CEO de Ecodicta, plataforma de moda consciente que conecta más de 80 marcas con clientas a través del alquiler por suscripción.
“La mayor parte de nuestras marcas nos hacen rebajas, aunque entendemos que a veces hay que vender el excedente.” comenta Raúl González.
El verdadero coste de la moda
El sector de la moda es uno de los más contaminantes del planeta, según los datos aportados por la Unión Europea y la Organización de las Naciones Unidas, la producción de ropa causa el 20% de la contaminación de agua potable, el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero y 500.000 toneladas de microfibras que van a parar a los océanos. Es por ello que la industria está transicionando hacia modelos que respeten el medio ambiente.
“Normalmente las rebajas y las super rebajas que se hacen actualmente con descuentos de hasta un 50, 60% o más solo se las pueden permitir aquellas empresa que están vendiendo con un margen muy alto, cuyo negocio está en fabricar y vender mucho, con la mala praxis de que los excedentes se incineran o se llevan al vertedero sin haberse usado, con todo lo que le ha costado al planeta producir esa prenda” comenta Gema Gomez, fundadora de Slow Fashion Next.
Son varios los motivos que permiten las prácticas como las rebajas:
-Primero, las economías de escala. Esos modelos de producción de los que tanto hemos oído hablar y que permiten a las empresas fabricar gran cantidad de ropa a un precio muy bajo, lo que deriva en grandes márgenes de ganancia y un gran exceso de producto. “Producir lo justo y fomentar que cada una de las partes de la cadena de valor tengan unos márgenes adecuados”, dice Beatriz Rivera de Bluyins, “es necesario”.
Así, las marcas de moda sostenible pretenden producir ropa de calidad, duradera y con diseños atemporales para que las “clientas aprecien las prendas bien hechas y que las lleven tan cómodas que no les importe seguir luciéndolas con el paso del tiempo” como explica Esther Cordon de Cottyfish.
-Segundo, la vulneración de los derechos humanos. Son muchas las empresas de fast fashion las que deslocalizan los procesos de producción a otros países donde no tienen tan presentes los derechos fundamentales de las personas y llevan a cabo prácticas represivas como bajos salarios o contaminación del entorno abusiva.
De esta forma, es incompatible el respeto a todo lo anterior con las rebajas. Tatiana Gonzalez, desde Be Flamboyant, empresa gallega líder en zapatillas veganas, afirma que “nuestros costes son un poco más elevados porque no se basan en producir a costa de todo, si no en producir a costa de generar derechos, oportunidades e impactar de forma positiva”.
“No incentivamos una compra impulsiva que puede llevar a comprar un producto que no necesitemos, sino que apostamos por una compra meditada de un producto que se va a utilizar con frecuencia y se va a cuidar para que dure muchos años” comenta Maria Cano de Canussa, que fabrica bolsos con piel vegana.
Además, frente a lo efímero del fast fashion y el usar y tirar, la moda sostenible apuesta por la durabilidad, como comenta Ana Aizpuru de Om the Brand “Hacemos prendas de alta calidad para durar, que respetan nuestro entorno. Esa durabilidad nos diferencia del círculo consumista del fast fashion”
La responsabilidad social y la reflexión sobre los efectos que tiene la industria del fast fashion sobre el medio ambiente han provocado que empresas como Ecodicta busquen alternativas sostenibles para vestir a la última y de forma asequible (como con las rebajas), a través de la filosofía del armario circular aportando por el alquiler de ropa mensual, favoreciendo no sólo a alargar la vida de las prendas, como el reducir el impacto de esta industria en nuestro planeta. Segun la consultoria de inteligencia ambiental Dcycle, este modelo permite ahorrar un 29% de la huella de carbono y disfrutar de 35 prendas más al año, frente al modelo tradicional de compra.
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